martes, 28 de octubre de 2014

Desde que España registrara el primer caso de ébola fuera de África el miedo a un posible contagio se ha adueñado de la sociedad.  El desconocimiento general de la enfermedad sumado a la alerta social creada por  los medios de comunicación ha dado pie a que muchos desaprensivos propagaran bulos y rumores de la misma. “El temor en los tiempos del ébola”, hizo desbordar todas las previsiones de afluencia cuadruplicando el aforo esperado, arrojando luz sobre un tema en el que tantos charlatanes han informado con escaso rigor.

Esta tarea ha recaído sobre Guillermo Quindós catedrático de Microbiología en la UPV/EHU, encargado de disipar todas las dudas de los asistentes con un estilo divulgativo y para todos los públicos, aunque con toda la precisión que un científico reputado podía ofrecernos. La comunicación amena y agradable de Guillermo dejó entrever la amplia experiencia en  divulgación y las “tablas” con las que cuenta en el ámbito de la comunicación científica.

El ponente tranquilizó a los asistentes aclarando que la posibilidad de contagio por ébola “es muy cercano a cero” en Europa, aunque la suerte que corren en África occidental es muy distinta. Personal sanitario “poco cualificado”, escasez de recursos y falta de educación son las principales explicaciones de tantos contagios por ébola.

Para que se produzca contagio tiene que existir necesariamente contacto directo entre una persona sana y la sangre o secreciones de un enfermo, nunca transmitiéndose por aire, agua o picaduras de insectos que hayan picado a un afectado. Hecho que tristemente ocurre en África occidental con demasiada frecuencia debido a la reutilización de jeringuillas en hospitales y los ritos funerarios locales, donde existe contacto directo entre los fallecidos y los familiares.

No existe tratamiento especifico para el ébola, limitandose la asistencia a rehidratar al paciente y mantener las constantes vitales, sin embargo, en este caso también existen diferencias sustanciales entre Europa y África. Mientras en un lado mueren miles de personas, el mero contagio de unas cuantas en Europa propicia la utilización de medicamentos experimentales para salvar sus vidas. El conferenciante subrayó la importancia de las plantas modificadas genéticamente, el ya famoso Zmapp del que nos hablan los telediarios y que se encuentra en fases preclínicas, es prueba de ello.



Solidaridad inteligente o interesada

Según el conferenciante la causa de esta temida epidemia se encuentra sin duda en la pobreza, y acertadamente apuntó que la solución para evitar la epidemia está en la solidaridad bien como acto de ayuda a los países afectados o bien como acto egoísta e interesado  para frenar la propagación: “Podemos decir que vamos a contener la enfermedad si somos capaces de ser solidarios y no dejar que la evolución de la epidemia sea al azar. Está en África pero es un problema de todos”

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